El Tratado de Versalles

 

Todos hemos oido hablar del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial y que, posteriormente tendrá consecuencias nefastas con el surgimiento de otra gran guerra a nivel internacional. ¿Por qué hizo falta ese Tratado?

Una vez finalizada la Guerra, la coalición vencedora formada por Francia, Gran Bretaña, Italia y más tarde Estados Unidos, proclamaron su hegemonía frente al bando de la Triple Alianza. Pusieron fin a la guerra con un armisticio el 11 de noviembre de 1918. La posición de estos países tras la guerra respecto a los derrotados les permitió reunirse en la llamada Conferencia de Paris, que reunió a los 4 países vencedores el 18 de Enero de 1919. Estas potencias estaban representadas Wilson, George Clemenceau, David Lloyd George y Vittorio Orlando pertenecientes a Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia respectivamente. 

El nombre de este Tratado procede de el lugar dónde se firmó el mismo, el Palacio de Versalles, más concretamente en el Salón de los Espejos, en el que se firmaron las clausulas que entarían en vigor el 20 de enero del año siguiente y el texto estará escrito en alemán, inglés y francés. 

Ahora bien, la verdadera relevancia que tiene este tratado a nivel mundial e histórico radica en la imposición de duras sanciones a los alemanes, considerados los principales responsables del desarrollo de la guerra. Por lo tanto, este tratado traerá consigo consecuencias devastadoras en términos económicos principalmente para el territorio germano. A ellos y a sus aliados se les impusieron clausulas tales como indemnizaciones económicas, el desarme militar, la privación del dominio en muchos de sus territorios, etc. 

Este acuerdo constaba de 440 artículos estructurados en 15 partes en las que encontramos cuestiones relacionadas con los siguientes temas que vamos a resumirlas brevemente:

Para empezar hablamos de las clausulas políticas, que podemos simplificar en dos puntos muy importantes, la exclusión de Alemania de la Sociedad de las Naciones impulsada por Wilson, y la responsabilidad del inicio del conflicto en la figura de los países derrotados, tanto los germanos, como sus aliados en el mismo. 

En cuanto a las consecuencias territoriales para los países derrotados, encontramos mucha más variedad. Muchos territorios y colonias, o la mayoría de estas, fueron cedidas a otros países, además de la prohibición de cualquier tipo de coalición política entre el imperio astro-húngaro y los propios germanos. 

Están consecuencias van a unidas a otras clausulas de carácter militar y económico que trataron de debilitar a Alemania principalmente y privarle de este tipo de recursos, para procurar que carecieran de los suficientes medios para inicializar el conflicto de nuevo. 

Para finalizar voy a mostrar los desencadenantes que tendrá esto tanto en los alemanes y sus aliados, como a escala mundial. Alemania se desprendió del 13% de los territorios controlados en 1914 y dejó de ser una potencia militar. Todo ello generó un resentimiento y repudio en la mayoría de los ciudadanos alemanes que desencadenó en la victoria de Hitler en las elecciones de 1933. Hitler se dedicó al incumplimiento de todo lo acordado en Versalles, y los puntos de Wilson no se ratificaron ya que los Estados Unidos finalmente no formaron parte de la Sociedad de las Naciones. 

Esta situación desencadenó en la Segunda Guerra Mundial en la cual encontramos tanto potencias fascistas como comunistas en el continente europeo y asiático, y, tras la guerra, Alemania volvió a pagar las indemnizaciones de la guerra, cancelándolas definitivamente a finales de 2010. 


 

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